Soy Alba Comino y me gustaría explicarte un poco de mi historia y de mis inicios en la que es hoy mi profesión puesto que todo empezó cuando en el mismo punto en el que te encuentras ahora mismo. Con esto quiero decir que también tuve la necesidad de buscar ayuda psicológica.

Por entonces yo tendría unos 13 años y sufría de inseguridades y miedos que se transformaban en mucha ansiedad. Entonces, conocí a mi primer psicólogo. Digo primer, ya que que más tarde me acompañaron dos más hasta día de hoy. Este detalle considero que es clave y esencial, pues conozco de primera mano el nerviosismo y la posible incomodidad que pueden llegar a sentir durante los primeros minutos del encuentro las personas que atiendo y acompaño como psicóloga.

Éste primer psicólogo fue, quien después me hizo llegar uno de los mensajes que marcaron el inicio de mí trayectoria. Sus palabras fueron «..Sabes Alba? Creo que serías una gran psicóloga!». Yo, por aquel entonces, no entendí muy bien aquel mensaje puesto que no acababa de saber con certeza qué era esto de la psicología. Pasaron los años y aquellas palabras de un modo u otro me iban haciendo de las suyas en mi cabeza.

Años más tarde, recuerdo quería estudiar el grado universitario de Psicología. Esa era y fue siempre mi primera y única opción. De hecho, me han dicho muchas veces «Alba, has hecho de tu persona, tu profesión». Yo siempre he querido y me apasiona acompañar y poder ayudar a las personas. Así que, me topé con una profesión hecha a mi medida.

A lo largo de todos estos años me he formado como terapeuta familiar des de una mirada socioeducativa y sistémica así como también he podido acreditarme como psicóloga general sanitaria. Aún así, y a día de hoy, espero que este sólo sea el inicio y el punto de partida de un largo camino lleno de experiencias, crecimiento y aprendizajes compartidos.

Y des de esa autenticidad, naturalidad y presencia que tanto me define como persona y profesional, ejerzo la que ha sido por muchos años mi vocación.